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domingo, 4 de diciembre de 2011

Bajezas









La tarde olía a yodo. Un crucero, anunciaba su entrada a la bahía, buscando recalar en el puerto. Sintió la brisa aletearle en la cara. Anduvo hacia la playa, y debajo de un parasol rojo, el tipo de los lentes oscuros, le señaló al hombre que tenía matar. Se sentía mal. Pensaba que habia tocado fondo en las bajezas que había cometido en la vida. Palpó la pistola empretinada, y se dirigió al hombre, que estaba de espaldas, sentado sobre una especie de toalla acolchada,acariciando un perro samoyedo. El hombre,volteó a mirar, y con sorpresa vio que era su padre. Aún le quedaba la peor bajeza de las bajezas, pero no tuvo valor, y retrocedió, sintiendo un fogonazo en la cabeza que lo tendió en la arena. El hombre de los lentes del parasol rojo, ya no estaba.