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domingo, 6 de diciembre de 2009

Mortaja


No la vi en sueños. Varada en la espesura, estaba la casa, inmensa, alta como la arboladura de un barco, pero no había nadie en ella, a pesar de los muebles y las camas cubiertos de sábanas blancas. Es que éstas sábanas blancas eran su mortaja.