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viernes, 26 de diciembre de 2008

Alfredo MOLANO, en el Café Kussy-Huayra para hablar de derechos humanos





En Colombia los derechos humanos y su protección son un tema permanente y por ende, relevante.Por ello, no extraña que el país esté en la mira de las organizaciones mundiales que defienden estos derechos, y de las instituciones con juridisccionalidad internacional para castigar a quienes los transgreden, entre ellas la Corte Penal Internacional, con sede en Roma.

El país, lamentablemente, merced al expolio de la tierra (ésta, a pesar de la industrialización sigue siendo el motor de su economía, y he ahí la lucha por detentarla: terratenientes, compañías extranjeras), ha provocado una lucha enconada por su posesión, y quienes se han visto sacrificados, y sometidos a toda clases de vejámenes, han sido los campesinos y los indígenas, cuando no las clases populares en la ciudades donde su patrimonio empieza a costar por megaproyectos de mejor prospección sobre los terrenos donde se ubican sus inmuebles, y por ello se hace necesario su desalojo a como dé lugar: compra a precios de huevo, amenazas de muerte o violencia física: plomo ventiao.

Era un 12 de diciembre del año que expira, un hombre moreno, bajito, de mirada amarrada, pero de cerca una mansudembre el pozo de sus ojos, frente amplia, y el pelo cayéndole en canas sedosas hacia atrás, partido por la mitad, de bigotes fieros ( a lo mejicano), se instaló en una mesa sin pretenciones burguesas, de espaldas a un ícono indígena, un mapa de Colombia, y ante un auditorio variopinto: estudiantes, maestros, trabajadores, artistas populares, sindicales, representantes de organizaciones populares (relevante la presencia de la mujer), en el Café Kussy-Huayra de Piedecuesta. Venía por invitación de la Escuela de Derechos Humanos Mario González, a hablar ( quien más sabe de ello en el país), sobre la violencia que asola al país desde las luchas populares del cuarenta, cuando surgen las primeras organizaciones en defensa de la tierra, y las libertades políticas, hasta hoy: el sociólogo y periodista, Alfredo molano.

Del periplo de Molano por la historia del país, queda claro que la guerra se ha desatado por la tenencia de la tierra, y es su posesión la que ha generado división y lucha de clases: Pero quienes la han detentado, terratenientes, compañías, monopolios y consorcios, no ha sido para generar bienestar general e incluyente en el favorecimiento de los rendimientos del capital de quienes la trabajan, sino para suscitar más miseria, por el expolio y el desalojo. Los bienes naturales al servicio del capital y el mercado abierto. El pueblo, siempre soslayado, y cuando no reprimido al organizarse para defender sus derechos, o buscar desde las instancias políticas la instauración de una democracia no de fachada, sino incluyente, y respetuosa del otro.
A pesar de las luchas que en el país se han dado para alcanzar un país donde quepamos todos con nuestras diferencias, y las frustraciones y fracasos, la idea que queda es la de batallar políticamente con empeño y con un proyecto del pueblo y para el pueblo, ir generando una cultura de repudio a la mendicidad de los subsidios gubernamentales, y optar por la dignidad. Si otros países han podido, dentro de la misma democracia, alcanzar instancias para el anhelo de forjar una sociedad más igualitaria y social en América, por qué no Colombia. He ahí, un horizonte de esperanza.