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domingo, 24 de agosto de 2008

Tras las huellas de la poesía joven en Piedecuesta




Sobre el quehacer poético han llovido un mundo de conjeturas - pues sólo alcanzan el destino de la sospecha - de si es un oficio, un arte, una inspiración donde intervienen los hados (sic), un mero pasatiempo, o una experiencia en el campo de la literatura que trasciende el carácter pedestre que, algunos enjuiciadores le acreditan a los géneros literarios diferentes al de la poética. No creo. Los géneros literarios tienen una madre común: la palabra, y se enriquecen unos a otros, hasta el punto que el poeta Álvaro Mutis, aventura que no hay géneros que establezcan fropnteras en el quehacer literario. La novela se puede escribir en prosa o en verso. Ello, me hace recordar las crónicas de Indias, hechas desde el verso. Admito si, que la poesía es venero de la auténtica metaforización, con una mayor carga de subjetividad y lirismo, auque ello, no quiere decir que no se pueda hacer poesía de externalidad, pues la literatura tiene un origen en la poesía épica. Estas disquisiciones, para no entrar abruptamente en el ámbito local, a tratar el tema sobre si los jóvenes en Piedecuesta, tienen interés por la poesía, y qué escriben.

Meses atrás, este espacio de La Joroba del Camello, se abrió para Julio . Textos sorprendentes. Una narrativa en esa cripticidad cortaziana. Un halo de niebla sobre personajes ruinosos, con apropiación de lo poético (por eso hablábamos de la traslación y préstamo de un género a otro). Hurgando por aquí, por allá, aquende, allende y acuyá, dimos con unos textos de Raúl Martínez Sandoval y Didier Gómez Vera. Andan en afán de hacer poesía. Vienen acumulando verso tras verso, madurando sus esfuerzos, para entender el oficio de poeta. Raúl Martínez, ya lo vislumbra, somos los que juegan a decir lo inefable, a demostrar/ las pasiones más ocultas y a crear en costumbre,/ el llanto que humedece cada escrito, y el lirismo cuando sueño metido en to, con llanto y amor/ entre las paredes de tu alma, enloquezco de tí,/ padezco y aunque lo desee, no olvido, no vivo,/ no soy más de tí. Mientras los versos de Didier Gómez se cocinan en un poeta que rebusca entre la vida y la muerte, oriéntandose, en unos versos góticos, afiebrados por desvelar la niebla donde todo es silencio, o de la vida tras las huellas de seres golpeados por un destino de dolor o indignidad.

Como una muestra del laboreo poético de estos dos jovenes, estudiantes del grado once del Colegio Balbino García, que le han apostado a la poesía desde temprano, afinados al ritmo y al juego de imágenes, estos poemas, para conocer cómo se la juegan en el lance difícil de construir la palabra desde el verso:




Puta




Cuando el camino se hace largo


y el asfalto mojado conforta


tu sudoroso cuerpo cansado


la mujer insinuante de pomposa figura,


va


bailando a la medida


del triste compás


de corroídas monedas,


aún así sigues caminando por aquella calle


de asfalto mojado


con tu cuerpo mercancía,


vigilando sugilosamente.


tu cuota de amor,


alquilado.


Didier Gómez




Adios




Entre versos navego en la vida sin mirar el dolor que


aplacó a mi alma.




Salto de suspiro en suspiro para no tocar el suelo


húmedo, frío y sin tí.




Evadiré al mundo, y auqnue esté solo, tendré la


compañía y la ilusión del cielo, que se funde con las


estrellas, lasd cuales guían las nubes hacia mi norte.




Reiré en soledad pero contigo, como la despedida


eterna de un pedazo de mi alma, que se coló en tu


sombra el día de tu despedida.




Y nunca lloraré porque en cada lágrima mi alma


escapa y huye hacia tí.


Raúl Martínez