L as viejas militancias. El miedo despertando adentro, primero como un rumor de órganos, después el corazón latiendo como el tan tan de un percutido atabal. La casa, en la ciudad vieja, olorosa a moho, cuando venían las lluvias era una humedad total escurriendo por las paredes de tapia. Aquellos tiempos cuando hubo que estirar hasta el último centavo, para sobrevivir sorbiendo en el frío glacial de la casa aguadepanelas, con queso rancio y un pan tan pequeño y delgado, que tenía más volumen un dedo de la mano. Después, salir del encierro, para hacer la lucha en las urnas. Se había dado la tregua, era la hora de los indultos, que tantos compañeros habían soñado, y ahora estaban muertos. Cuando se lo dijeron, la buscó. Ella, estaba en otra célula, pero habían hecho operaciones juntos, y habían sentido el pavor de una misión, donde la vida,mis compas, así se los decía, quien dirigía los operativos, pende de un hilo, por eso pilas, y concentrados. El miedo los había acercado, y en medio de las plomaceras, se daban besos de aliento, para no morir, decía ella, son nuestro amuleto.
Él la buscó, con un espíritu de topo. No quedó casa donde se albergaron en la clandestinidad, por hurgar. Nadie daba razón de ella, o no querían decirle nada, quizá. Una militante veterana, que ahora era legisladora, después de unos tragos en un bar cerca del Congreso, soltó la lengua: la mandamos al monte, y enloqueció de amor. Tuvimos que matarla
10 comentarios:
La militancia no siempre sigue el camino de la humanidad, de las personas. Un gran abrazo.
UNA HISTORIA Y MILES PARALELAS. FULLL RELATO. SI QUE VA CON NUESTRA IDIOSINCRASIA.
UN ABRAZO
Me hiciste recordar algunas cosas del pasado de mi familia... tantas injusticias.
Muy bueno el texto, me despertó.
Saludos amigo
Y dicen que el amor no enloquece entonces no es amor.
Beso.
bella y profunda historia nos regalas insigne escritor y poeta, muchas gracias por concedernos el honor de ser testigos de ella , un besin de esta amiga admiradora.
Una historia desgarradora Carlos, muy bien escrita.
Me pueden las injusticias, me rebelo ante ellas.
Un abrazo
Una historia espectacular escrita con tu buen hacer,
que tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.
Sobrecogedor este relato, Carlos, el final ha sido como beber de un cáliz agrio dejado desidiosamente sobre un púlpito antiguo. Impresiona sobremanera.
Un abrazo.
Definitivamente MX y Colombia tienen historias muy similares, como países hermanos. Un saludote enorme!
Terrible historia de dolor, sufrimiento, sentimientos escondidos, ideas guardadas en el miedo... y sobre todo en medio de tanta miseria e injusticia amor...
Amor desgarrado que no siempre tiene un final feliz.
Me enloqueció tu post...
Que grande eres!
Besos Carlos.
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