Sepia
A la vuelta del camino aún está la casa.
Encallado su casco de azul desvaído,
entre los árboles.
Tras sus paredes sólo duermen
los perros del abandono
un sueño de ángeles.
En el solar que daba al barranco
sobrevive el guayabo.
Por entre sus ramas corretea la brisa,
la misma que te alzaba las faldas y el pelo,
cuando te subías de niña
a querer volar como los pájaros
Foto popia.Sector veredal de Piedecuesta, carretera a Sevilla
Hermoso poema Carlos.
ResponderEliminarTe mando un besote desde Sevilla... la de Andalucia (España)
:)
El recuerdo a través de la imagen con su paso del tiempo entrañable. Una belleza de poema.
ResponderEliminarUn gusto leerte, Carlos.
Feliz domingo y que se alargue al lunes. ¡Salud!
ResponderEliminarBellísima evocación a la añoranza.
Pero aún queda la sombra del guayabo, para acumar recuerdos.
Abrazo muy largo, Carlos
Los recuerdos sepias de aquellos entrañables años, asi se recuerdan en la cámara de nuestra memoria, y también en blanco y negro.
ResponderEliminarHermosos recuerdos que siempre quedarán muy dentro de nosotros, forman parte de nuestras vidas.
Besos enormes, Carlos, y feliz domingo.
Bellísimos recuerdos que siempre estarán en la memoria del tiempo y del guayabo aquel.
ResponderEliminarAbrazos Carlos, hermoso poema.
un poema evocador y nostálgico
ResponderEliminara mí me gustan los poemas así
son como refrescos de memoria ... memoria tan antojadiza a veces jejej
abrazos y fecunda semana
Maestro, de repente me has retrotraído a esos recuerdos de infancia cuando me llevaban al campo y veía aquéllas casas antiguas, rodeadas de matas de jardín y de árboles frutales...pero ya todo se ha ido perdiendo y quedan tan solo los recuerdos.
ResponderEliminarComo dice la canción:
"Ya no vive nadie en ella
y a la orilla del camino
silenciosa esta la casa,
se diría que sus puertas
se cerraron para siempre,
se cerraron para siempre
sus ventanas..."
Muy bien logrado tu poema que combinado con la fotografía crea un ambiente evocador y de nostalgia!
Un abrazo, Carlos.
ResponderEliminarLinda reseña nos presentas Carlos, cual testimonio que deja la señal indeleble, del revivido momento...
Un abrazo
Um momento vivido no presente é levado para todo o resto no final de uma vida repleta.
ResponderEliminarUm beijo e uma flor
Sepia con azul es inusual, pero me ha hecho sentir cosas extrañas, y eso es bueno.
ResponderEliminarTu foto da para el costumbrismo.
Saludos, Carlos.
Sabes? tengo una campana de cristal en wordpress por si gustas pasar. en paradoxia hay un enlace.
Feliz domingo.
Precioso, Carlos.
ResponderEliminarTú vuelas con la imaginación.
Un abrazo
ResponderEliminarQue hermoso poema Carlos, tiene un ritmo que emociona cada verso. Felicitaciones por lo buen poeta que eres.
mariarosa
MERCE CARDONA. AGRADEZCO TU VISITA. tú POEMA ES PRECIOSO. BESOSSSSSSSSSSSSSSS
ResponderEliminarHermoso poema en honor a esos recuerdos, que todos llevamos en nuestro corazón.
ResponderEliminarSomos pasado y presente.
Un placer leerte.
Feliz lunes, un abrazo!
No hay edad para volver a ser
ResponderEliminartu puedes ser lo que quieres
mientras tus huesos y tus ganas te aguanten
mil besos
Buenas tardes, Carlos:
ResponderEliminarAntes de comentar tu texto he observado con detalle la fotografía que lo acompaña, y no pude evitar verla con los ojos de tus palabras.
A falta de viviencias asociadas a esa casa, las tengo provocadas por tu poema. Gracias, Carlos, por permitirme acompañarte por el camino sepia que lleva a la casa azul.
Un abrazo.
Parece que guarda el pasado como un presente
ResponderEliminarAbrazos Carlos Augusto
Qué maravilla esa casa azul varada a la sombra del guayabo capaz de inspirarte este bellísimo poema.
ResponderEliminarSólo me gusta la nostalgia cuando genera poesía de la buena.
Es tan visual tu manera de rimar que siento y huelo ese aire que levanta las faldas y el pelo de la niña pájaro que evocas.
Uf, me ha encantado, Carlos.
Un beso,
Precioso; nos podrán quitar muchas cosas, pero los recuerdos, por supuesto los buenos, ya que los malos creo que hay que desecharlos siempre permanecerán con nosotros. Muy bonito
ResponderEliminarAbrazo Carlos y gracias por tus comentarios.
Este poema me ha hecho pensar en mi mamá, que pasó su infancia en un pueblo en el campo: siempre es así como me la imagino.
ResponderEliminarSaludos.
MUY LINDA EVOCACIÓN.
ResponderEliminarABRAZOS
Bueno, con la foto y tus letras, viajo yo también en el tiempo evocando mi niñez.
ResponderEliminarMuy buen poema, Carlos.
Te dejo un beso y mi gratitud por tu buen hacer.
recordar nuestra vida, nuesstros recuerdos está muy bien,
ResponderEliminarEs bueno añorar esos años de nuetra vidas...
besos.
La vida nos regaló un millón de rosas frescas, sus capullos aun desborda el alma.
ResponderEliminarAbrazo
Uff, Bro. La sacaste del estadio con ese poema.La mágica nostalgia, la buena añoranza, aire que somos.
ResponderEliminarBonito y nostálgico. Abrazos.
ResponderEliminarHay recuerdos entrañables que siempre dejan huella. Abrazos Carlos pasa una linda semana.
ResponderEliminarCarlos querido, te dejo mi correo para que pueda ser realidad un bello intercambio de obras. Mi correo es: tatycascada@live.com
ResponderEliminarUn gran abrazo poeta.
Apreciado Carlos, a veces la nostalgia se cuela por las rendijas pero las vivencias de ayer nos hicieron como somos hoy. Cuando el día se pone color de hormiga esta alondra suele sacar de su mochila recuerdos tan hermosos como el que nos describes. Puede que la casa esté en ruinas pero el árbol nos recuerda que lo vivimos y eso es lo que importa.
ResponderEliminarUn abrazo muy afectuoso y gracias por esperarme a pesar de mi distanciamiento forzoso.
Ya no vive nadie en ella, a la orilla del camino silenciosa está la casa...
ResponderEliminarTristes añoranzas,
un abrazo.
Solo vive el recuerdo Carlos y dejó si historia escrita en ella y tu la plasmas en verso si hay alguién tú, hermoso un beso desde mi brillo del mar
ResponderEliminarHola Carlos. Supongo que en esa casita pasaste momentos mágicos de tu vida. Todo cambia con el tiempo. Lo más importante es no olvidar lo que fuimos. Bello poema.
ResponderEliminarAbrazossss