FRUTA FRESCA
Quizás el agua se haga cristal cuando la mires,
y una nube blanca se detenga en tu pelo castaño.
En esa hora una canción que te recuerde
memorará en cada arpegio el latido de dos corazones,
cuando eran piel y beso.
Se va el día destejido por la noche,
y en el cielo una luna hechiza
pastorea las estrellas.
Acaso venga la brisa,
y traiga el azahar de tu cabello,
yo estaré tirado mirando las estrellas
como de niño,
cuando las sentía en mis manos,
tan cerca que me dormía con ellas.
Quizás venga la brisa,
y aún guarde en sus alas
el olor de tu cuerpo
de cuando el amor nos sabía a fruta fresca.
Quizás el agua se haga cristal cuando la mires,
y una nube blanca se detenga en tu pelo castaño.
En esa hora una canción que te recuerde
memorará en cada arpegio el latido de dos corazones,
cuando eran piel y beso.
Se va el día destejido por la noche,
y en el cielo una luna hechiza
pastorea las estrellas.
Acaso venga la brisa,
y traiga el azahar de tu cabello,
yo estaré tirado mirando las estrellas
como de niño,
cuando las sentía en mis manos,
tan cerca que me dormía con ellas.
Quizás venga la brisa,
y aún guarde en sus alas
el olor de tu cuerpo
de cuando el amor nos sabía a fruta fresca.
Um poema construído com sonhos e desejos. Uma vida que acontece de recordações, visões da nossa infância que a fruta e a brisa fresca nos acorda.
ResponderEliminarFelizes os que sabem viver estes momentos e que os transportam nos dias melhores e nas noites mais estreladas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarExquisito poema que evoca al amor, aquel de expresiva frescura y espontáneo arrojo en el que nos reconocemos los afortunados que lo hemos saboreado... Abrazo Carlos
ResponderEliminarSiempre surgirá ese instante descrito, si lo vivido quedo sellado con el encanto de un hechizo... http://dialtri.blogspot.com.es/
ResponderEliminarla posibilidad late en cada comienzo de tu poema
ResponderEliminarla fortuna o la desgracia...
todo cabe en la jugada
abrazos y buen fin de semana Carlos
Ese aroma es único. Esa fruta que no cayó del árbol, la arrancamos con nuestra pasión.
ResponderEliminarBella poesía, Carlos.
Felicitaciones.
Hermoso
ResponderEliminarque ese quizás deje de ser un sueño y sea una realidad
ResponderEliminarAy me encantan las manzanas las rojas deliciosas y me gustan orgánicas con el sabor salvaje de las letras cuando las como pienso
ResponderEliminarque bien escribis!!!!
:)
La rutina diaria es la gran enemiga del amor.
ResponderEliminarOjalá esa brisa traiga en sus alas lo que deseas.
Excelente, un poema tan lleno de amor y sensibilidad.
Un abrazo, buen finde
El sabor y aroma de ese cuerpo que es fruta consentida y derretida, inconfundible su sabor.
ResponderEliminarMe ha encantado tu sensual entrada, amigo mío.
Un beso.
TREMENDO, TREMENDO!!!!!!! POESÍA AL TOPE CARAJOOOOOOOOO.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Hermoso poema, sentir el amor con la ilusión de un niño, saludos.
ResponderEliminarCarlos ....me encantó pasar a visitarte y encontrarme con tus letras repletas de amor y mordiscos en la manzana, incitándola a ella a que siga haciéndolooo.
ResponderEliminar¡¡¡ Bellísimo poema !!!
un beso desde Argentina
Waww Carlos, que hondo se cala tu poema.
ResponderEliminarLas imágenes son tuyas y nuestras, nos llevan al amor con sabor a fruta fresca.
Hermoso.
mariarosa
Perfume de fruta fresca exhala tu poema. Quizás, quizás, tus anhelos se hagan realidades... la esperanza nunca muere.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pastorea estrellas el protagonista del texto porque ha saboreado la pasión...
ResponderEliminarLEO un texto poético !!
Un abrazo.
Tu poema es evocativo y me hace acordar de una canción de Violeta Parra "...El amor es torbellino de pureza original
ResponderEliminarhasta el feroz animal susurra su dulce trino,
retiene a los peregrinos, libera a los prisioneros,
el amor con sus esmeros, al viejo lo vuelve niño
y al malo solo el cariño lo vuelve puro y sincero..."
El amor nos abraza y nos deja el sabor y el aroma de los mejores frutos de la vida; quedan con nosotros como una eterna primavera o como una bella evocación, bien en la nostalgia o en la felicidad de recordar ese pasado venturoso.
Fantástico maestro!!!
Recibe mi saludo.
Hermoso poema, Carlos.
ResponderEliminarBesos
Quizás, quizás. Acaso venga la lluvia, el granizo, los damascos, las rosas, más, por siempre tendremos en la boca aquel dulce sabor...¡Ah! el amor...
ResponderEliminarPrecioso poema Carlos,en verdad precioso.
Abrazos.
Me encantado, un escrito natural y puro, tanto como la fruta fresca la cual, por cierto, también me encanta. Me has creado la necesidad de una manzana.
ResponderEliminarUn saludo :)
De lo mejor que te he leído últimamente Carlos, me encantó!
ResponderEliminarAbrazo inmenso.
Cada nueva ilusión tiene el sabor de esa manzana que robamos del árbol. Lo difícil es conservarla eternamente... o madura demasiado o se pudre... Pienso que en algún momento habrá que hacer mermelada no podemos andar buscando eternamente una nueva manzana, cada una tendrá un sabor diferente pero siempre hay alguna que se quedó en nuestros sentidos con un sabor único.
ResponderEliminarUn abrazo afectuoso
mil gracias por cada una de tus huellas Carlos
ResponderEliminarpasa un fin de semana precioso
abrazos energéticos
Sonhos e desejos que tecem versos de ilusão...
ResponderEliminarBeijo.
El mosdisco a la manzana se siente en los versos
ResponderEliminarsaludos
Impactante poesía, Enhorabuena,
ResponderEliminarBesos.
Precioso, evocando al amor de la pasión y la frescura. Me encantó.Abrazos.
ResponderEliminarQuizá todo eso Carlos. Y la felicidad de compartir una fruta fresca!!
ResponderEliminarComo el ritmo que has logrado transmitir aquí.
Saludos grandes.
Evocativo y fresco, una caricia para e alma.
ResponderEliminarUn beso
Hola Carlos, la fruta fresca como esa manzana es la prohibida, la que mejor sabe y mejor sabor dulce y fresco deja.
ResponderEliminarLa primera fruta fresca es la que tiene el bocado más rico y tierno, y con tus letras seguro que la más sensual.
Buen poema.
Saludos y un abrazo
Inspirador... Una forma singular de evocar al amor, con cierta gracia e inocencia... Me encantó, hay que reconocerlo
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