Miro sus ojos de cielo
para espantar mis miedos.
En ellos si hay dolor
puede más la ternura,
y esta angustia de patria
envilecida duele menos
si me miro en ellos.
Quizás el dolor mañana
sea más grande,
y ya no haya patria,
como tampoco sus ojos
para que no duela la muerte.