*Foto intervenida
Aquella noche cuando subiste al ring, no escuchaste la algarabía de la
gente en ring side como otras tantas veces. Sentías que algo andaba mal,
pero no alcanzabas a precisarlo. Hiciste unos amagues, con los guantes rojos,
con los que siempre peleabas, y diste unos saltitos alternos para calentar el
cuerpo; te quitaste la bata negra con bordes dorados, y fue cuando reparaste en
la mujer de ojos azules que, en la mesa de los comentaristas de la radio y la
televisión, también te miraba, en el disimulo de buscar información de la pelea
en el celular.
El anunciador, presentó a cada una de las esquinas, y sonó la campana
para el primer round, y en el cruce de los golpes iniciales supiste que el rival
era un fajador duro, porque intentaste sacarle el aire cuando se abalanzó como
una fiera, tirándote directos a la cara, y cerrándote el paso, para quedar casi
cuerpo a cuerpo. ¡Vaya¡ si resistía tus ganchos al hígado, enconchándose como
un caracol en su cascarón, bajo tus brazos, cada vez que errabas directos a la
cabeza; pero ya lo tenías con tus jabs a la cara, que le hacían daño, y cuando
fuiste a sacar el uppercut para rematarlo junto a las cuerdas de su
propia esquina, viste a la mujer de los ojos azules relampaguear su Olimpus,
debajo del ring, y en un par de segundos sentiste ese golpe seco en la oreja
izquierda, que te tendió en la lona, y te dejó sordo como una tapia para el resto de la vida
Pobrecito, buena historia. Te mando un beso
ResponderEliminarUnos ojos azules fueron los culpables..... Un buen relato amigo. En mi pueblo dicen que: La mujer es la perdición de los hombres y en tu relato lo compruebo. Saludos.
ResponderEliminarBárbaro, qué perdición. Pero el mundo del ring es así, demasiadas veces.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Carlos, Ufffffffffff, vaya, en ese descuido perdió la partida. No se puede uno despistar en trabajos tan duros. Muy bueno el relato.
ResponderEliminarAbrazos
El cruel mundo del boxeo.
ResponderEliminarUn despiste es fatal.
Saludos.
Fatal descuido.Nunca ne gustó el boxeo.
ResponderEliminarBuen viernes. Cuídate.
Un abrazo.
¿Fueron sus ojos azules los que se cruzaron en un momento crucial del asalto?
ResponderEliminarDe siempre he sentido pena por los boxeadores que se juegan la vida tras cada pelea, no todos se retiran en plenitud de sus facultades. La juventud es tan efímera...
Acabo de leer tu comentario en mi espacio, sabes que lo agradezco muchísimo, tus letras siempre son una caricia para el alma.
Cariños y buen fin de semana.
kasioles
ResponderEliminarEn ocasiones en los que la rivalidad no se conjuga con el verbo amar… determinadas miradas pueden dejar cao a cualquier contrincante…feliz fin de semana Carlos.
Un abrazo
Estimado Carlos.
ResponderEliminarKOT
Te mando un fuerte abrazo, extendido a Mohammed Ali.
Siempre he pensado, que necesidad tiene que a uno lo mueran a palos... ¿deporte? que no lo critico ... solo no lo entiendo.
ResponderEliminarUn abrazo directo, pero de lo más suave.
Aunque quien se lleva los parabienes suele se el que mete el gol, con frecuencia es más importante la asistencia que el remate.
ResponderEliminarMe cambié de deporte.
Un abrazo.
Siempre me pareció muy duro este esectáculo porque no lo considero deporte, nunca me gustó verlo y el relato también es muy triste.Saludos
ResponderEliminarAlgo presentía ya al subir al ring. Muy buena historia.
ResponderEliminarHermoso, muy bien descrito y con conocimiento de los tecnicismos de ese deporte tan partcular.
ResponderEliminarMe recordó los cuentos de Cortázar sobre box
http://frodorock.blogspot.com/2011/03/cortazar-por-nocaut.html
Abrazos, querido amigo, desde el soleado río platense
Gostei do texto, mas não aprecio mesmo nada boxe.
ResponderEliminarBom Maio!
Olhos azuis fatais. Gostei muito do texto.
ResponderEliminarUma boa semana com muita saúde.
Um beijo.
Ojos de bella mujer, mirada penetrante que hace ganar o perder... en un instante.
ResponderEliminarMe pareció estar viendo las peleas del "Happy" Lora con su pinta de galán.
Un abrazo.
Qué buen relato. Me encantó. Hay ojos que te sacuden fuerte y no puedes remediarlo... je
ResponderEliminarUn placer leerte, siempre.
Abrazos, estimado Carlos. Que vaya muy bien!
Maldito flashhhhhhhh como se la jugó.
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Gostei muito do texto!
ResponderEliminarBoxe é um esporte muito violento. Desperta a maldade que o ser humano carrega dentro de si.
O cara tem que ser muito resistente pra aguenta tanta soco.
Boa semana de Maio pra ti!
Abraço!
Excelente relato, con mucho punch!!! jaajaja
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Carlos, es una pena que tal despiste acabara así, los ojos azules le cautivaron. El boxeo es un deporte que nunca me gusto.
ResponderEliminarCarlos, un abrazo.
Muy buen relato Carlo, seguro un anzuelo de ojos relampagueante y tremendamente azules te noqueo.
ResponderEliminarAbrazo
Es un deporte muy duro el boxeo, se juegan la vida en ello. Un abrazo
ResponderEliminarJolines..
ResponderEliminarQué bueno, Carlos, y ese final con su doble lectura, genial.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, mil gracias.
ResponderEliminarSé que me comprendes, y tus letras, además de tener un encanto poético, son al mismo tiempo que un apoyo, un estímulo para seguir escribiendo.
Para este amigo virtual de corazón grande, le dejo un ramillete de cariños.
kasioles
¡Hermosa!.
ResponderEliminarPartiendo de la historia de una feroz pelea de boxeo y luego inmortalizada en los colores de un cuadro impresionante. Saludos
Felicitaciones Carlos tu narrativa atrapa👏👏👏
ResponderEliminarAbracitos colorinches y fuerza
ResponderEliminarSe quedó sordo por cegarse con unos ojos azules... Los sentidos nos gastan esas malas bromas a veces.
Un abrazo
De pronto que rudo todo y algo.cambia
ResponderEliminarBoa tarde Carlos, obrigado pela narrativa.
ResponderEliminarMuy, muy bueno
ResponderEliminarFelicidades
Isaac
Wowwww..realmente es un deporte cruel.
ResponderEliminarel relato , fantastico y el final inesperado y excelente.
Te dejo un fuerte abrazo!!!
Historia triste querido CarlosAugusto, mas magistral en su elaboración.
ResponderEliminarMe atrae la parte teatral del Boxeo, la puesta en escena, el relato de la pelea a posteriori... aunque no soy capaz de verlo en directo y mucho menos cuando empiezan a pegarse en serio.
ResponderEliminarUn relato cautivador, Carlos, muy bien ambientado, desde esos guantes rojos que enmarcan esa tarde especial en el ring hasta el final.
Los boxeadores siempre acaban perdiendo, más allá de su gloria efímera.
Un abrazo,
Let's pray for each other WE ARE STRONGEST TOGETHER for the honor and glory of Our Lord Jesus Christ 🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌
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