*Foto intervenida
Salió al aire de la madrugada. Olía a albañal.
Nunca de tanto tiempo de vivir en el barrio, había sentido tan fuerte el olor
como esta mañana. Palpó el changón debajo de la gabardina, y se
encomendó a la virgen de El Carmen. Le daba confianza hacer este ritual, pero
esa mañana, extrañamente, no sentía el miedo pavoroso que le hacía sudar las
manos y la frente, cuando madrugaba a hacer eso que él llamaba "mis
trabajitos".
Le había dejado en la mesa del comedor, una plata y
una nota a su mujer: "cómprese la nevera industrial y el televisor de
cuarenta pulgadas que tanto ha querido y no joda más. El televisor y la nevera
viejos, regáleselos a su mamá".
Buscó la calle que daba a la avenida, donde dejaba
la moto en un taller de mecánica, pero que todo mundo sabía que era un
desguazadero de motos y carros, y sintió un cosquilleo en la frente, cuando fue
a abrir la puerta. Palpó de nuevo el changón, pero no supo si por
presentimiento, porque un fogonazo le voló la cabeza, con el escándalo de los
gallos de la gallera vecina, que ese día pondrían a pelear en las fiestas de la
patrona del barrio.
Al menos le dio un último gusto a su mujer. Saludos
ResponderEliminar
ResponderEliminarWwaaww... la vio venir, vaya que muerte rápida. Un cuento corto con las necesarias palabras para decir y sorprender.
Muy bueno Carlos.
mariarosa
Ese francotirador tuve una idea excelente :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Carlos buenos días pues que muerte sin esperarlo siquiera, aunque le vio venir presentimiento tuvo, feliz día besitosss
ResponderEliminarAlgún presentimiento tenía...por eso se encomendó.
ResponderEliminarAl menos dejó herencia ;)
Un abrazo.
Hay presentimientos que nos pueden asombrar...
ResponderEliminarFeliz 2021 Carlos. Un abrazo amigo.
Veía tan cerca la guadaña que no le entraban ni sudores.
ResponderEliminarMuy buen relato, Carlos.
Un abrazo.
¡Qué final!Por lo menos su mujer pudo tener aquello que deseaba.
ResponderEliminarMuy grato leerte.
Un abrazo, Carlos
Não sabia da existência dessa festa.
ResponderEliminarObrigado.
Saudações Poéticas!
Que final tan terrible.Saludos
ResponderEliminarPasó rápidamente a mejor vida, o eso se dice.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Carlos. Ufffffffff, se ve que olía la muerte porque le hizo el último regalo a su esposa. Seguro que hizo muchas picias y algún día alguien le haría pagarlas.
ResponderEliminarUn cuento corto pero muy sustancioso.
Abrazos
Ya presentía que algo malo le pasaría. Un relato que da escalofríos. Saludos amigo.
ResponderEliminarOs pressentimentos por vezes são terríficos.
ResponderEliminarO texto está muito bem escrito, sim.
Abrazo, Carlos
ResponderEliminarHay presentimientos que son
horribles cuando se realizan.
Besitos dulces
Siby
Me vino a la memoria mientras leía tu excelente relato, "Crónica de una muerte anunciada" ese salir de casa con un presentimiento prendido en el corazón, esa actitud para no variar ni un ápice lo que vas a hacer...Fatalidad y resignación...
ResponderEliminarY además, Carlos, has despertado mi curiosidad por indagar sobre el término "changón", que desconocía, aunque intuí sin precisión en el contexto. Muy interesante el significado y el origen.
La intervención en la imagen también me encantó.
Un abrazo,
Uy.... que mal rollito.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Que chungo
ResponderEliminaruuffff qué te digo macabro relato mas real mas nuestro que bien escrito está me atrapaste como siempre uufff mi madre "voló la cabeza" se sintió , un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarLo presintío y no tuvo tiempo de sacar el changón.
ResponderEliminarBuen de fin de semana. Cuídate.
Un abrazo.
Gracias Carlos por mencionar en tu interesante escrito a la Santísima Virgen del Carmen, mi adorada patrona.
ResponderEliminarAbrazos y bendiciones.
Estupendo y bien narrado relato, que bien podría servir como prólogo de una buena novela de misterio.
ResponderEliminarMuy bueno, Carlos.
Un fuerte abrazo.
Muy buen relato, al hueso Carlos Augusto, un placer leerte!
ResponderEliminarUna televisión nueva hace feliz a cualquiera.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Un relato genial, me dejo con preguntas para un cuento.
ResponderEliminarAbrazo
¡Cielos, qué horror!
ResponderEliminarUn relato escalofriante para quienes leemos crónicas de investigación.
Que pases una semana excelente, estimado Carlos.
ResponderEliminarDicen que la intuición es eso que sabemos sin saber cómo lo sabemos. Señales había recibido, otra cosa es saber escucharlas...
Buen relato.
Un abrazo
Uma história muito bem contada com um final inesperado e triste. Gostei muito de o ler.
ResponderEliminarUma boa semana com muita saúde.
Um beijo.
Terrible relato..
ResponderEliminarCreo que ya sabia lo que le esperaba...llámese intuición, destino, mal camino..
Digamos que dejo algunas cosas preparadas para su partida...quizas cumplir un sueño material de su esposa... muy triste...
Abrazo grande y siempre el placer de llegar hasta tus letras estupendas!!!
Como decimos popularmente, Carlos, fue por lana y salió trasquilado... el que a hierro mata a hierro muere. De todas maneras un final trágico, pero anunciado.
ResponderEliminarAbrazos.
Historia trágica y frustrante bien contada por ti, Carlos. Leo mientras imaginaba la escena del 'gallo'.
ResponderEliminarUn abrazo amistoso desde mi oficina en Indonesia para ti en Colombia.
Algo se imaginaba cuando se encomendó a la Virgen pero el trabajito que fue a hacer se lo hicieron a él.
ResponderEliminarAbrazos.
ResponderEliminarTristemente en esta entrada Carlos, nos dejas reflejado el cuento de ese "gallo" que en su corral bien contrala el gallinero...pero cuando sale fuera, todo su empoderamiento se desinfla y "el que a hierro mata a hierro muere"...de ahí que el que está en el filo, la sorpresa surge.
Un abrazo
Buen Miércoles. Cuídate.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguramente saldrá unos segundos en el noticiero que, su mujer podrá ver en el 40 pulgadas, si apura a comprarlo.
ResponderEliminarBuen relato corto, pude ver toda la escena en mi cabeza. Felicitaciones Carlos querido, CRack!
Ah, Carlos, a vida é morte.
ResponderEliminarSe morre pelo motivo
Simplesmente de estar vivo
E estar vivo é muita sorte,
Pois a vida não tem norte,
Não tem rota, não tem rumo
Não tem sequer certo prumo
Que a deixe de pé perfeita
Ela é torta e a gente ajeita
No dia a dia, em resumo!
Bela história! Parabéns! Abraço cordial. Laerte.
Extrañamente esa mañana no sentía miedo.
ResponderEliminarLa pelea de gallos estaba servida.
Un micro bien construido, Carlos.
Abrazo.
Buf que final. Un relato trágico pero diferente y bonito.
ResponderEliminarVales para todo. Te admiro.
Mil besos.
Aunque lo he tenido que leer varias veces (se me escapaban algunos giros y términos) el relato me ha parecido por su forma,magistral,muy bien narrado.El vocabulario,la agilidad y el "in crescendo" me ha recordado a alguna que otra página del inolvidable Gabo (Garcío Márquez,aunque creo que la aclaración sobraba) :)
ResponderEliminarAbrazo Carlos.
Hola Carlos.
ResponderEliminarMe enredé desde el pprincipio. Creí que changón se refería a un gallo. De hecho creía que él iba a una justa de gallos con uno que él consideraba ganador y por eso le dejó ese dinero a su esposa. Esa fue mi expectativa.
Otra cosa...Dices que sintió un cosquilleo en la frente ¿el cañón de un arma? ¿Y si la tenía tan cerca cómo es que no vió al portador?
Rescato del texto esa descripción tan certera de una madrugada de barrio y ese "olor a albañal" Se ve que eres un buen narrador pero este cuento no me dió pistas para seguirlo correctamente.