*Foto propia
Nunca pude decírtelo,
quizás el miedo,
me amarraba la lengua.
Por eso te dejaba poemas de amor,
en las últimas páginas
de un viejo cuaderno
de tareas,
que nunca mirabas.
Cuando leas estos poemas,
por si acaso,
(uno nunca sabe),
notarás,
que lo firman dos corazones:
el tuyo y el mío.
Espero lo intuyas