Foto propia intervenida
Después de tanto
tiempo
vuelvo tras mis pasos,
y la casa sigue ahí,
intacta,
solariega
con sus patios a pleno sol
sus cuartos oscuros
y espaciosos,
donde los viejos
patriarcas,
se acostaban en sus camas
de roble
y baldaquín,
cual derecho de pernada
con sus mujercitas
de pechos apenas en flor
a hacer los hijos
de la guerra