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lunes, 4 de marzo de 2019
Noticia
Foto intervenida NOTICIA (microcuento)
La niña aferró con la fuerza que más pudo, la muñeca contra su pecho, cuando escuchó el silbido tenebrante de la sirena que anunciaba los bombardeos. A la muñeca la encontraron. De la niña no se sabe
Hola Carlos buenas tardes, antes de nada dejarte mi agradecimiento por dejar tu huella en mi blog y UF la niña seguramente desapareció entre las bombas, eso hace las malditas guerras, muerte y destrucción feliz tarde besitoss
buen micro cuento , la niñez es el tesoro de toda la humanidad y tan mal que la tratamos en algunos extremos
abrazos Carlos
pd...esa foto recuerdo que la usé hace años ( es demasiado poética) en el poema pequeña luna ( https://lichazul.blogspot.com/2011/08/pequena-luna.html )
Ante lo imprevisto como bien narras, en este sucinto cuento que nos dejas, Carlos… el afán de protección y el instinto maternal aun tratándose de una niña, aflora súbito…pero la tragedia se lleva a lo más débil que late sin defensas. Un abrazo
Que triste noticia y que final tan suspensivo....niños desparecen dejando tristeza tras de si....la vida es injusta para muchos niños que merecen vivir..bello y triste leerte.......saludos
He visto tu perfil y me ha gustado mucho. He paseado por tu blog y he decidido quedarme.Te invito a que conozcas también el mío https://elbaulderita.blogspot.com/. Un saludo amigo.
Hola Carlos, esperemos que esa fuerza que usó para atraer la muñeca contra su pecho, le ayudará a sobrevivir. Y poder huir de ese sufrimiento innecesario. Un cálido abrazo.
Tristemente así es. En las guerras los que más padecen son los niños y los más desprotegidos. Soy positiva y quiero pensar que esa niña la salvó alguien y ahora la protege dándole mucho amor. Un abrazo!!
Cruda realidad y magnífica forma de resumir la desgracia. Gracias por esta propuesta cromática donde los colores se fundieron también... bonne journée, mon ami.
Hola Carlos buenas tardes, antes de nada dejarte mi agradecimiento por dejar tu huella en mi blog y UF la niña seguramente desapareció entre las bombas, eso hace las malditas guerras, muerte y destrucción feliz tarde besitoss
ResponderEliminarHola Carlos, qué horrible amigo, cuanto sufrimiento.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu apoyo.
buen micro cuento , la niñez es el tesoro de toda la humanidad y tan mal que la tratamos
ResponderEliminaren algunos extremos
abrazos Carlos
pd...esa foto recuerdo que la usé hace años ( es demasiado poética) en el poema pequeña luna ( https://lichazul.blogspot.com/2011/08/pequena-luna.html )
Ante lo imprevisto como bien narras, en este sucinto cuento que nos dejas, Carlos… el afán de protección y el instinto maternal aun tratándose de una niña, aflora súbito…pero la tragedia se lleva a lo más débil que late sin defensas.
ResponderEliminarUn abrazo
ResponderEliminarUna pincelada de tragedia. Una de las tantas tragedias que fabrican en este mundo roto.
... y en un rincón del cielo
nació una estrella...
Mi abrazo, Carlos.
Una triste noticia amigo, las muñecas siempre son encontradas. Un abrazo feliz semana.
ResponderEliminarUna inmensa tristeza hay en un cuento tan corto y dramático pero que la realidad lo supera.Saludos cordiales
ResponderEliminarcon MUCHO CARIÑO GRACIAS AMIGO POR TU VISITA ….UN PLACER Y BUENAS NOCHES ….BESOS
ResponderEliminarQue triste noticia y que final tan suspensivo....niños desparecen dejando tristeza tras de si....la vida es injusta para muchos niños que merecen vivir..bello y triste leerte.......saludos
ResponderEliminarEnhorabuena por tu microrrelato, Carlo.
ResponderEliminarUn abrazo cálido.
Un microrrelato que me ha dejado angustiada, está genial como lo has trazado con tus palabras.
ResponderEliminarTe felicito amigo.
Un beso enorme.
Hola Carlos, horrible, así son las guerras, cargadas de dolor y pérdidas.
ResponderEliminarAbrazossssssssss
Hola, Carlos!
ResponderEliminarUna noticia terrivel, chocante. La nina se foy, a boneca ficou.
Como puede los hombres belicistas hacendo destas cosas?
Besos y dias de paz!
ResponderEliminarLa guerra y su realidad que nunca termina.
mariarosa
Una triste realidad a la que estamos acostumbrados.
ResponderEliminarPaseamos el horror unos segundos, y a otro titular.
Triste es poco.
Abrazos.
Wow, qué triste (y que cierto). Un abrazo
ResponderEliminarQue triste, me dolió el corazón de imaginarlo, porque se que en algunos lugares eso es realidad. Un abrazo
ResponderEliminarSiempre la cabuya se totea por lo más delgado, pobrecita de la niña y maldita la violencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que tengas buen fin de semana
ResponderEliminarUn micro bello y profundo.
ResponderEliminarY la fotografia lo complementa estupendamente.
Me encantan los microrelatos.
Abrazos.
He visto tu perfil y me ha gustado mucho. He paseado por tu blog y he decidido quedarme.Te invito a que conozcas también el mío https://elbaulderita.blogspot.com/. Un saludo amigo.
ResponderEliminarHola Carlos, esperemos que esa fuerza que usó para atraer la muñeca contra su pecho, le ayudará a sobrevivir. Y poder huir de ese sufrimiento innecesario.
ResponderEliminarUn cálido abrazo.
Carlos siempre me han dado cocillas esas dolls porque dentro esconden algo.
ResponderEliminarBello escrito, seria un placer seguir leyendo mas.
Gracias :0)
real en muchos países,
ResponderEliminartriste... muy triste
un beso
Tristemente así es. En las guerras los que más padecen son los niños y los más desprotegidos. Soy positiva y quiero pensar que esa niña la salvó alguien y ahora la protege dándole mucho amor. Un abrazo!!
ResponderEliminarTal vez se fundieran y la muñeca rescatase tiernamente a la niña (visto que los hombres no están dotados siempre de tal capacidad)
ResponderEliminarCruda realidad y magnífica forma de resumir la desgracia.
ResponderEliminarGracias por esta propuesta cromática donde los colores se fundieron también...
bonne journée, mon ami.
Corto y bello
ResponderEliminarAsí sucede Carlos, y nadie puede ayudar ya que solo se miran ellos, muy bueno.
ResponderEliminarAbrazo
Conmovedor, Carlos, y contundente.
ResponderEliminarUn instante después de imaginar a esa niña abrazada a su muñeca, zas, se rompe el encanto.
Un abrazo, poeta
Ya ni en las muñecas puede uno confiar.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Ay qué pena.
ResponderEliminarUn abrazo