MEMORIAL DE LOS TIEMPOS
Resbala la lluvia
se humedece la tarde.
Gente que corre,
cabellos
y rostros mojados,
buscando un alero donde guarecerse.
El niño que habita en mi
recuerda el patio de geranios
y la lluvia Impenitente
cayendo
sobre los cadáveres
de la masacre.
se humedece la tarde.
Gente que corre,
cabellos
y rostros mojados,
buscando un alero donde guarecerse.
El niño que habita en mi
recuerda el patio de geranios
y la lluvia Impenitente
cayendo
sobre los cadáveres
de la masacre.
Duro poema. Colombia ha sido un cementerio de la violencia.
ResponderEliminarEso duele, inocencia mezclada con muerte. Duele.
ResponderEliminarBeso Carlos
La inocencia de ese niño guarda duros recuerdos que humedecen la tarde ante el dolor de muerte de un tiempo pasado…
ResponderEliminarUn abrazo
la memoria no falla
ResponderEliminarlos que fallamos somos nosotros intentando borrar el horror
precioso Carlos
felicitaciones
abrazos y buen fin de semana
Las imágenes que impresionaron nuestra mente infantil, siempre regresan, el hilos de un sueño o en lluvia.
ResponderEliminarEmotivo y bello poema.
mariarosa
El horror humano a veces es tanto que solo logra un poco de reposo, evocando la inocencia extraviada en el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo Carlos.
Dramáticos recuerdos de tu niñez, yo en cambio, siempre recuerdo a mi niñez con recuerdos entrañables, mágicos, inocentes.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Carlos:
ResponderEliminarAunque lo intentemos, esos recuerdos no se van, permanecen en el memorial de los tiempos y duelen por siempre.
Abrazos.
UFFFFF IMÁGENES FUERTES. PERO DESAFORTUNADAMENTE MUY REALES EN NUESTRO PAÍS.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Sólo la poesía a través de su lenguaje, puede lograr un acento de belleza en la convergencia del recuerdo infantil de la lluvia lavando cadáveres. Lapidario poema. Un beso Carlos
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue triste relato pero es parte de la realidad.
ResponderEliminarSaludos
mil gracias por tus huellas CARLOS
ResponderEliminarten un comienzo de semana genial
abrazos
Muy doloroso ese recuerdo, jamás podrá olvidar.
ResponderEliminarUn abrazo, buena semana
Preciosas letras...
ResponderEliminarHay mucho contenido en ellas, muchos recuerdos...
Un beso enorme.
Hola Carlos: El recuerdo de la infancia lo llevamos en la memoria como patrimonio para nunca olvidar.
ResponderEliminarEs un poema lindo y profundo.
Te dejo mi gratitud y mi estima.
Un beso y feliz Semana Santa.
Hola Carlos!
ResponderEliminarVengo del blog de Oriana a conocerte y me gustó lo que encontré.
Los recuerdos siempre vuelven...
Me gustó la sensibilidad de tus palabras, por eso me quedo, con tu permiso.
Desde Oporto te mando un beso y te deseo Feliz Semana Santa.
Hola Carlos, un poema que pone el vello de punta. Los recuerdos de la infancia son imborrables, perduran en el tiempo.
ResponderEliminarSiento que pasaras por todo ese horror.
Saludos y un abrazo enorme
El poema te deja impregnado de dolor.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Carlos, gracias por tus palabras. Mi país está siendo golpeado por la naturaleza; pero ten la seguridad que nos levantaremos como siempre lo hemos hecho. Somos hijos del rigor.
ResponderEliminarUn abrazo.
La melancolía que se desata
ResponderEliminarcon recuerdos tristes
Maestro:
ResponderEliminarNos ofreces un poema desgarrador pero que es el espejo de ese drama que viven muchas personas en esa patria macondiana y en otros lugares del mundo; personas, cuya infancia, quedó marcada por la bofetada inmunda y cruel de la barbarie.
Te dejo un gran abrazo.
La melancolia te invade cuando jugas a solas con tus sueños
ResponderEliminarTremendo recuerdo. Más valiera que la amnesia de la niñez les invadiera aunque se llevara algunos buenos momentos.
ResponderEliminarUn abrazo
Has habitado lo poètico y la dura realidad de la memoria...
ResponderEliminarDuele.
Abrazo.
Carlos
ResponderEliminartienes el nombre de mi hombre creado en momentos de vicios por la mente de una mujer.
Qué belleza hay en tus versos llanos, llenos de melancolìa y añoranza, drama en los ojos del niño que fuiste, que eres.
ResponderEliminarTodo un placer leerte, Carlos.
Te dejo mi abrazo en el atardecer