Supe que era ella, cuando dobló la esquina del bar donde los viejos marineros, se sentaban entre rones, a nostalgiar amores tormentosos y aventuras de puñales. Era ella, olía a ese tufillo silvestre de la última vez, cuando hicimos el amor en la casa de balcón de las alcahuetas, que daba a la bahía, y amaneció y ya no estaba. Solo su pantaletita de Victoria Secret en la cama, para que nunca la olvidara.
Não ficou a roupa. Ficaram as recordações que agora lhe batem à porta fazendo reviver esses momentos
ResponderEliminarUmmmmmmmm, las mujeres son/somos así, para que nunca nos olviden hacemos lo imposible para satisfacer y dejar huella.
ResponderEliminarMini-texto pero muy completo.
Muy originales las descripciones: tufillo salvaje, balcón de las alcahuetas ;-),...
Saludos y un abrazo
Esos aromas inconfundibles que nos permiten viajar en el tiempo y revivir nítidamente esos momentos inolvidables... lindas pantaletas :)
ResponderEliminarUn abrazo.
p.s. Aunque estoy comentando tu última entrada, no dejaré de leer las que me perdí (poco a poco)
Hay aromas inolvidables y amores hermosos, precioso texto.
ResponderEliminarBesos
Precioso como siempre Carlos ..me ha encantado.Hace tiempo que no vengo he estado muy ocupada...te dejo besos con muchisimos aromas...
ResponderEliminarel hecho es, dejo mi copa y la sigo?
ResponderEliminar¿Ves? No la has olvidado.
ResponderEliminarUn beso.
Hay detalles que se dejan para que no se le olvide a uno, pero sólo son eso, objetos...lo que verdadderamente nos recuerda situaciones, momentos, aromas es el instante en que las vivimos...que vuelve a nuestra mente constantemente, a nuestros sentidos una y otra vez cuando vemos esa prenda dejada como souvenir.
ResponderEliminarUn objeto que recuerda un momento perfecto..
Casi tanto como tus letras.
Precioso.
PS. leo lo que escribes aunque no comente, estoy muy lejos de mi casa, muy desubicada y no tengo mucho tiempo.
Te agradezco muchisimo el tiempo que le dedicas a mis entradas... de a poquitos iré poniendome al dia.
Besitos mediterráneos, desde las montañas de Girona.
El erotismo que puede generar un pantie. Qué bien cuentas y en tan poco espacio. Un beso.
ResponderEliminarHola Carlos, hay mujeres asi, que gustan de dejar su huella. Hermosas letras amigo. Besos, cuidate.
ResponderEliminarAl menos te dejo un buen regalo.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
mariarosa
Los amores siempre dejan su huella querido y admirado poeta, muchos besinos con todo mi cariño y feliz fin de semana.
ResponderEliminarFULLLLL, BACAN DE EROTISMO!!!!! AMIGO MUCHAS GRACIAS POR TU APOYO EN LA RUTA. ESTAMOS EN LIMA.
ResponderEliminarUN ABRAZO
MIS PENSAMIENTOS. MERCÉ CARDONA.
ResponderEliminarDice. He visitado internet para ver fotos de la isla de San Andres, es preciosa, ¡quien tuviera alas para volar y psarse en el transparente mar!, seguro que lo paastes pipa. Bella descripción, siempre dejan recuerdos agradables.
Agradezco tu paso por mi casa. besos desde la lejania....
El souvenir se transforma en una imagen del fetichismo compartido, el que le da sentido al recuerdo y lo añora en la ausencia.
ResponderEliminarComo siempre, Carlos, las palabras justas para acercarnos a la escena.
Besotes.
Que buen souvenir. De esos que se guardan para inspirarse. Saludos.
ResponderEliminarBelo souvenir...!
ResponderEliminarBelo souvenir...!
ResponderEliminarY no fue olvidada cierto? Hay que recurrir a la estratégica esencia para dejar más que sólo un momento.
ResponderEliminarNo es menor la marca de las bragas... :)
Besos
Anouna
Lo he compartido en el FAN PAGE de Observando Cine.
ResponderEliminarSaludos
David