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viernes, 11 de abril de 2014

Memorial de los tiempos

MEMORIAL DE LOS TIEMPOS
Resbala la lluvia
se humedece la tarde.
Gente que corre,
cabellos
y rostros mojados,
buscando un alero donde guarecerse.
El niño que habita en mi
recuerda el patio de geranios
y la lluvia Impenitente
cayendo
sobre los cadáveres
de la masacre.

27 comentarios:

Rosa de los vientos dijo...

Duro poema. Colombia ha sido un cementerio de la violencia.

la MaLquEridA dijo...

Eso duele, inocencia mezclada con muerte. Duele.


Beso Carlos

Sneyder C. dijo...

La inocencia de ese niño guarda duros recuerdos que humedecen la tarde ante el dolor de muerte de un tiempo pasado…

Un abrazo

lichazul dijo...

la memoria no falla
los que fallamos somos nosotros intentando borrar el horror

precioso Carlos
felicitaciones
abrazos y buen fin de semana

mariarosa dijo...

Las imágenes que impresionaron nuestra mente infantil, siempre regresan, el hilos de un sueño o en lluvia.

Emotivo y bello poema.

mariarosa

Tatiana Aguilera dijo...

El horror humano a veces es tanto que solo logra un poco de reposo, evocando la inocencia extraviada en el tiempo.
Un abrazo Carlos.

María dijo...

Dramáticos recuerdos de tu niñez, yo en cambio, siempre recuerdo a mi niñez con recuerdos entrañables, mágicos, inocentes.

Un beso.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Carlos:

Aunque lo intentemos, esos recuerdos no se van, permanecen en el memorial de los tiempos y duelen por siempre.

Abrazos.

AdolfO ReltiH dijo...

UFFFFF IMÁGENES FUERTES. PERO DESAFORTUNADAMENTE MUY REALES EN NUESTRO PAÍS.
UN ABRAZO

Leticia dijo...

Sólo la poesía a través de su lenguaje, puede lograr un acento de belleza en la convergencia del recuerdo infantil de la lluvia lavando cadáveres. Lapidario poema. Un beso Carlos

Leticia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jova dijo...

Que triste relato pero es parte de la realidad.
Saludos

lichazul dijo...

mil gracias por tus huellas CARLOS
ten un comienzo de semana genial
abrazos

Verónica O.M. dijo...

Muy doloroso ese recuerdo, jamás podrá olvidar.
Un abrazo, buena semana

Misterio dijo...

Preciosas letras...

Hay mucho contenido en ellas, muchos recuerdos...

Un beso enorme.

Marina Filgueira dijo...

Hola Carlos: El recuerdo de la infancia lo llevamos en la memoria como patrimonio para nunca olvidar.
Es un poema lindo y profundo.
Te dejo mi gratitud y mi estima.
Un beso y feliz Semana Santa.

Amélia Ribeiro dijo...

Hola Carlos!

Vengo del blog de Oriana a conocerte y me gustó lo que encontré.
Los recuerdos siempre vuelven...
Me gustó la sensibilidad de tus palabras, por eso me quedo, con tu permiso.

Desde Oporto te mando un beso y te deseo Feliz Semana Santa.

Isa dijo...

Hola Carlos, un poema que pone el vello de punta. Los recuerdos de la infancia son imborrables, perduran en el tiempo.
Siento que pasaras por todo ese horror.
Saludos y un abrazo enorme

fus dijo...

El poema te deja impregnado de dolor.

un abrazo

fus


Tatiana Aguilera dijo...

Carlos, gracias por tus palabras. Mi país está siendo golpeado por la naturaleza; pero ten la seguridad que nos levantaremos como siempre lo hemos hecho. Somos hijos del rigor.
Un abrazo.

MTeresa dijo...

La melancolía que se desata
con recuerdos tristes

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Maestro:

Nos ofreces un poema desgarrador pero que es el espejo de ese drama que viven muchas personas en esa patria macondiana y en otros lugares del mundo; personas, cuya infancia, quedó marcada por la bofetada inmunda y cruel de la barbarie.
Te dejo un gran abrazo.

Recomenzar dijo...

La melancolia te invade cuando jugas a solas con tus sueños

Pilar Cárdenes dijo...

Tremendo recuerdo. Más valiera que la amnesia de la niñez les invadiera aunque se llevara algunos buenos momentos.

Un abrazo

Elsa Tenca - Mariani dijo...

Has habitado lo poètico y la dura realidad de la memoria...
Duele.
Abrazo.

Recomenzar dijo...

Carlos
tienes el nombre de mi hombre creado en momentos de vicios por la mente de una mujer.

chusa dijo...

Qué belleza hay en tus versos llanos, llenos de melancolìa y añoranza, drama en los ojos del niño que fuiste, que eres.

Todo un placer leerte, Carlos.
Te dejo mi abrazo en el atardecer