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lunes, 16 de diciembre de 2013

INGRÁVIDOS

INGRÁVIDOS

Aletea la brisa


en el abrazo 


de nuestros cuerpos,


en esa hora


en que el sol cierra sus párpados

tras una nube fugitiva,

y soñamos a juntar el alma


en cada beso dulce.

Hay una eternidad,

que sólo la rompe

el vuelo de los pájaros

buscando sus granos de centeno

en el piso de la vieja calle

donde somos etéreos.