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sábado, 21 de abril de 2012

El caballito de la luna





Esa noche no la vieron salir, a pesar de que era plenilunio. Se cansó de vernos la cara de aburridos impenitentes, se le escuchó decir en el bar, al más viejo de los pescadores, mientras se bebía de una sola tirada un aguardiente de alambique artesanal. Se fue con el sol esta mañana, le dijo una morena de ojos nostálgicos a su amante, mientras hacían el amor en un roñoso colchón de la casa de las alcahuetas; pero nadie se percató del niño que en la playa, llevaba colgada en la cola de su caballito de madera, a la más bella de las lunas.

18 comentarios:

Doris Dolly dijo...

Carlos.... " El caballito de la luna "

Que interesante lo que has escrito, las personas a veces miran sus adentros y no se percatan de lo que ocurre a su alrededor, o no les importa o no quieren ser entrometidos.

un beso desde Argentina

Unknown dijo...

Cada pessoa é um mundo diferente.
Enquanto uns na sua simplicidade e beleza contemplam a lua e o luar, outros mais atrevidos fazem amor na praça sujando o colchão.

la MaLquEridA dijo...

Que ternura, me has conmovido, lo juro.

Rosa de los vientos dijo...

Carlos, un cuento enternecedor y de encanto poético. Qué bien lo escribes, me volví a sentir niña.Fácilmente pasas del erotismo, la dureza de la vida, el dolor, el amor, el desamor, a la magia de un relato infantil. Ya me imagino esa luna agarrada del perecherón caballito de madera del niño. Un beso.

julia rubiera dijo...

letras profundas, tiernas y conmovedoras nos regalas querido y admirado poeta, infinitas gracias por concedernos el privilegio de ser participes de ellas , besinos miles

Verónica O.M. dijo...

Precioso escrito, tan lleno de sensibilidad.
Un abrazo
Verónica O.M.

Sandra Figueroa dijo...

Hola, que ternura de texto, me hace imaginar y reflexionar. Cuidate mucho.

Recomenzar dijo...

Me ha gustado tu texto me llevó a mi niñez

MORGANA dijo...

Es bellísimo Carlos ,de una gran sensibilidad.
Te abrazo.

Isa dijo...

Muy bonito lo escrito y el dibujo del caballito.
A los amantes no les importaba hacer el amor en un colchón roñoso. Ninguno de nosotros a buen seguro nos acostaríamos en un colchón sucio. Ellos querían hacer el amor y daba igual como estuviera el colchón. La pobreza y la suciedad no están reñidas con el placer.
El mar, la luna, el niño en su caballito de madera llevando a la luna detrás como si de una cometa se tratara.
Juegos de adultos, y juegos de niños. Ambos disfrutan a su manera.
Y mientras tanto, la luna es la única testigo del momento. La luna y la noche. Hermoso relato.
Saludos y un abrazo

mariarosa dijo...

Wawww... que hermosa prosa poética.
Carlos que vuelo tiene tu texto. Aplausos.

mariarosa

Eva Magallanes dijo...

Es que solemos no VER. Parece que la adultez nos mata la visión sagrada que traemos al nacer. Y por ello, la literatura y el arte nos la devuelven si es que queremos recobrarla.
Un gusto llegar por aquí, te dejo mis saludos fraternales desde el confín austral.

salvadorpliego dijo...

Muy bueno e ingenioso tu escrito. Te felicito.

David Cotos dijo...

muy bonito final le das.

Shantal dijo...

Q tierno y dulce escrito,precioso.

Besos

Anónimo dijo...

Me gusta esa conjugación de ternura con sensualidad.

Abrazos alados, Carlos.

memetika dijo...

Jajaja... bellas imágenes en su poesía.
La verdad es que no hay nada como pistear con pescadores, tienen las historias más asombrosas... en semana santa me fui a una isla a acampar y a tomar aguardiente con ellos.

María dijo...

Muy bella entrada y enternecedora.

Un beso.