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domingo, 10 de abril de 2011

Errancia


Anduvo todos los caminos,

buscándola,

mientras la memoria

se colmaba

de un polvo amarillento,

y cuando ella

condenada a la errancia,

se cruzó con él en una de las sendas,

la felicidad fue sombra:

él siguió de largo...

se habían apagado sus recuerdos

10 comentarios:

Remedios la bella dijo...

Vuelvo a comentar después de un tiempo, y admiro su plasticidad poético-temática. Un beso.

Carlobito dijo...

Muy trágico, pero muy real... a veces nuestras obsesiones nos abruman, y nos vuelven ciegos.

Saludos

Marisa dijo...

El hombre se condena a ser un nómada buscando la felicidad por los caminos de la memoria y el recuerdo, mientra que desconoce que en el sedentarismo de instantes y momentos fugaces está la felicidad que se obstina en encontra en Ítaca.

La intensidad lírica de sus versos es magnífica.
Muy buena composición.
Saludos.

la MaLquEridA dijo...

Cuando los recuerdos se apagan ya no hay más que hacer.


Un beso.

Verónica O.M. dijo...

Hola Carlos...
Es que hay personas que olvidan muy rápido, mientras que otras no son capaces de olvidar jamás.
Abrazos

Jéssica Vilardi dijo...

vagar por las calles, desesperado buscando un rostro en medio de tantos, borrosos recuerdos, tropiezos, inesperado reencuentro, decepción...quedan muchas calles azules por recorrer.

Un placer leerte,

Jess

Liliana G. dijo...

Muchas veces la vida nos juega sucio, y es cuando los recuerdos idealizados se caen por su propio peso.

Excelente, Carlos, como siempre una síntesis perfecta.

Besos.

lanochedemedianoche dijo...

Qué triste es marchar buscando la luz que ya no está, precioso poema.

Besos

Padre Rodolfo de Jesús Chávez Mercado. dijo...

Solo una memoria viva puede mantenernos en vida... Para no errar al compaz del viento... Pero cuando se apaga, se apaga tambièn la esperanza de encontrar caminos que nos lleven a lo eterno.


Un fuerte abrazo y Dios te bendiga.

Fra Rodolfo de Jesùs O.Carm.

Anónimo dijo...

Muchas veces no nos damos cuenta y nos perdemos en el camino sin ver lo que tenemos a nuestro lado, y para cuando nos damos cuenta ya es demasiado tarde.

Si tan solo pudieramos separar tan fácilmente las emociones de los recuerdos otra cosa sería, pero a veces es tan doloroso olvidar como recordar...

Saludos Carlos

G.G.