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martes, 18 de marzo de 2008

En el mismo silencio que te trajo la noche

Llegas,
en el silencio
blanda,
suave
como la hoja del árbol
que cae muda
sobre la capa vegetal.
Duermo,
no te siento,
te acuestas a mi lado,
quizás velas mis sueños
hasta que los ojos,
se te caen profundos.
De mañana,
vas a la ducha,
siento el agua fresca
pegándose a tus poros,
lamiéndote la piel,
!tengo celos del agua¡,
abajo del vientre,
el sexo se me hincha.
Hermosa y desnuda como una flor,
vienes a mí,
vibra la almeja de tu sexo,
brotan sus labios rojos
y carnales,
entro en vos
lento...ola mansa en la playa,
pleamar que es huracán
luego,
y te inundo de mis líquidos,
dejándome vos
la miel de tus aguas lustrales,
me besas urgente,
hurga tu lengua en mi boca,
me arañas en desvarío
llevándote la piel
hasta la hora del eclipse,
cuando ya somos mares en calma.
Calienta la mañana
sus primeros soles,
en ella te vas
con un beso mío
en el mismo silencio que te trajo
la noche.